¿Vuestra convivencia se ha ido de madre?

Llevas tiempo, demasiado tiempo, haciendo malabares con tu perro.

Sabes que tenéis problemas, algunos incluso que pueden suponer un peligro para él, para el resto de la familia o para el vecindario.

No se si ya has trabajado con algún profesional, has visto mil vídeos sobre adiestramiento o incluso has hecho algún curso en alguna escuela canina.

Pero seguro que has empezado con chuches, con muchos “MUY BIEEEN”, ejercicios de obediencia y de refuerzo del vínculo y de ahí has ido pasando poco a poco a las regañinas, los muchos “NO”,  los tirones de correa…  

Te sientes mal porque no quieres hacerle daño, pero por las buenas parece que no aprende.

Empiezan las miraditas juzgonas en el parque, los consejitos de desconocidos…

Cada vez hay más “NO” que “MUY BIEEN”. Los tirones de correa van en aumento, ya casi nunca vais al parque.

Y en casa las cosas no van mucho mejor, así que empiezan las discusiones con la familia.

El perro cada vez ladra más, es más pesado, destroza más cosas, no para quieto en casa…

Y los paseos son terroríficos, sientes ansiedad solo de pensar que os toca salir a la calle.

Siguen los consejitos: “debes ser más firme”, “no se cansa lo suficiente”, “está descontrolada”….

Y entráis en un bucle infinito de tirones, discusiones, regañinas, ladridos, puede que incluso mordiscos, ansiedad… del que no sabes como salir.

Y luego recuerdas los buenos momentos: los ratitos de arrumacos en el sofá, las risas que te echas con sus caras, lo bien que te sientes cuando pone su cabecita en tu pierna y se relaja, como te escucha ladeando la cabeza cuando le cuentas tus penas…

¡la quieres tantísimo, pero te sientes completamente impotente! ¿Cómo hemos llegado a este punto?

Con la asesoría personalizada te ayudaré a aprender que observar y a entender los motivos que le llevan a comportarse de una determinada manera y trabajar sobre esos motivos.

Nunca (y digo nunca) podía estar quieta con Lilu fuera de casa. Siempre debíamos estar en movimiento, sino, se ponía a ladrar a los 2 segundos de estar paradas. Ya sabes, te paras a saludar a algún conocido en el parque, o simplemente en la montaña me quería sentar a descansar un poco y mirar el paisaje. Era automático, yo me paro, ella ladra, y mucho, y muy fuerte.

Mi primeras opciones: Contracondicionamiento, distraerla con chuches por el suelo, algo de obediencia o lanzarle palos o pelotas. Y si, se callaba. Y si, se convirtió en una yonki de las pelotas y acababa comiéndose las pelotas, las piedras y los palos.

Segunda opción: Un “educador” me compartió un método infalible. Cuando ladraba, apartarla de mi lado (empujándola) y decirle “NO” o un “SHH” con el dedito acusador. Dejarla a 2 metros de mi, ignorarla por completo hasta que se callara. Ahí podía volver a hacerle caso. Funcionó un par de veces creo, pero después ladraba aún más fuerte, y yo acababa gritándo aún más que ella.

Otro “educador” me compartió su método también infalible que era hacer un ruido muy fuerte y sordo para asustarla. Y  si, se callaba al instante. Y si, ahora tiene miedo a los ruidos fuertes.

Y casi 3 años después y miles de euros gastados en formaciones y en veterinarios porque se comía de todo, cambié el enfoque.

Dejar de exigir y empezar a observar y entender.

Y surgió la magia. No fue de un día para otro, tampoco nos vamos a engañar, pero hubo cambios.

Me adentré en el mundo de la educación amable y respetuosa y me ayudaron a darme cuenta de que su problema era puro miedo, y hay muchos perros que esa inseguridad la llevan peor sin movimiento. Ella era uno de ellos. 

Así que dejé de trabajar sobre sus ladridos y comenzamos a trabajar sus inseguridades, muchas provocadas por mi y mi control excesivo para que dejara de hacer ciertas conductas como su ladrido, por ejemplo. No confíaba para nada en mi, me obedecía pero no se sentía segura a mi lado. Fue duro darme cuenta que yo lo había provocado, pero por suerte, también yo podía ponerle remedio. 

Ahora, años después, ya puedo sentarme en un parque con ella. Tampoco podemos estar tres horas, también te lo digo, pero ya casi nunca ladra cuando me paro. Y si ladra, la acompaño, la reconforto y volvemos a movernos hasta encontrar un sitio en el que se sienta más segura.

No implica dedicar más tiempo, ni hacer ejercicicos, ni repetir rutinas, ni premiar, ni castigar… pero si un esfuerzo importante por tu parte:

Un esfuerzo de cambio de mentalidad, y si, a veces es difícil.

Porque llevas años intentando controlar sus conductas y tendrás que dejar de hacerlo.

Tendrás que permitir que se pueda equivocar y confiar en que acabará tomando las decisiones más acertadas.

Tendrás que dejar de verle como un “robot”, y entender que es un ser complejo que piensa y siente, con sus necesidades, su personalidad, sus gustos particulares…

Tendrás que entender que vive en un mundo que no es el suyo, con una reglas sociales establecidas que para él no son naturales (seguramente para él son una locura).

Tendrás que aprender un montón sobre tu perro para poder entenderlo y darle el apoyo que necesita para mejorar.

Tu perro dejará de comportarse como antes, porque no le hará falta, tendrá las herramientas y la seguridad suficiente para encontrar alternativas mejores para todos.

Y te sentirás segura con él. Confiarás en él

Y el se sentirá seguro a tu lado. Confiará en ti.

Ya no habrá órdenes, todo será mucho más relajado.

Estará mucho más tranquilo y seguro y eso se nota tanto en casa como en el paseo. 

Hasta los vecinos que te criticaban antes, van a notar el cambio. Algunos no te dirán nada, porque somos asi de estúpidos a veces, pero lo verán.  

Podréis volver a ir al parque, aunque seguro que no os apetece mucho porque sabrás lo que realmente pasa allí y te darán ganas de abofetear a más de un energúmeno de los que dan consejitos, que ahora sabes que son totalmente absurdos y perjudican el bienestar de los perros.

Vale, como lo hacemos

El servicio de asesoramiento personalizado consta de una primera sesión de evaluación, para saber vuestra situación actual, y 3 sesiones posteriores para ir desarrollando las diferentes mejoras a realizar.

DIAGNÓSTICO: En la primera sesión, que durará unas 3 horas, te haré un montón de preguntas, para saber como estáis, que habéis hecho hasta el momento, como es vuestra convivencia en casa y en la calle, y como te está afectando. En la misma sesión, ya te podré dar un diagnóstico y darte unas primeras pautas para empezar a aplicar desde ya.

SEGUIMIENTO: Las 3 sesiones siguientes, que durarán 2 horas como mínimo cada una, aprenderás como ir desarrollando las mejoras para los dos según el diagnóstico inicial y los avances que vayamos viendo. 

Antes de cada sesión, deberás enviarme vídeos de diferentes situaciones para saber no solo tu versión, la del perro me interesa muchisísimo. 

Además:

  • Durante todo el proceso podrás enviarme todas las dudas que tengas por mail
  • Recibirás después de cada sesión la grabación de la misma y un PDF con un resumen y las pautas a seguir
  • Además de estas sesiones, haremos SI o SI una sesión de 1 hora, para enseñarte el manejo de la correa que sea agradable para los dos y el material más cómodo para el paseo

¿Alguna duda?

Lo abres, lo lees o escuchas y tienes algo que aplicar inmediatamente en vuestra relación.

Así puedes absorber el contenido a buen ritmo. Cuando compras un curso, tienes las 47 lecciones y vas picoteando de una lección a la otra sin integrar nada.

Además puedes leerlo desde donde quieras, no tienes que recordar la plataforma, la contraseña... una cosa menos en la que pensar.

Y si lo quieres compartir, me parece perfecto. Cuántas más personas empecemos a tratar con conocimiento y respeto a nuestros perros, mejor nos irá a todos.

En el momento que realices la inscripción y el pago, mediante la pasarela segura de Stripe con tu tarjeta, GooglePay o ApplePay, recibirás un mail de confirmación de tu suscripción.

También recibirás otro mail con la lección 0 en la que te contaré como va la parte técnica (que no tiene mucho misterio), el enlace a la comunidad y que necesitas para las mentorías en vivo.

El siguiente viernes por la tarde recibirá el primer mail de formación semanal. Y cada viernes, irás recibiendo los siguientes. Todos ellos con un enlace para poder escuchar el audio, desde cualquier dispositivo.

El primer domingo de cada mes a las 19:00h (hora de España) nos conectaremos en vivo para las mentorías. Días antes te enviaré un pequeño cuestionario con las dudas que tengas. Así podremos comentar primero las dudas que afectan más a la mayoría, y después nos quedaremos el tiempo que haga falta para resolver tus dudas puntuales. Si te apuntas el mismo domingo que toca la mentoría después de las 12:00h no te dará tiempo de asistir a esa mentoría, tendrás que esperar al mes siguiente.

Si te has inscrito en el plan semestral o anual, te daré una dirección de mail exclusiva para ti, para que puedas escribirme y te responderé en un plazo máximo de 48h. Si tu consulta no se puede resolver en un simple mail, porque requiere un análisis más profundo de vuestra situación concreta, te lo haré saber y buscaremos la mejor alternativa para poder ayudaros.

Por supuesto que si. Cuánta más  información tengas mejor podrás aprovechar las sesiones y entender la visión del profesional que te acompaña

Sinceramente, no tengo ni idea.

Si lo que buscas son resultados rápidos, seguramente esta membresía no sea para ti.

Aquí no buscamos resultados, buscamos mejoras, en ti y en tu perro (sobre todo en tu perro).

Tirar de la correa es un síntoma de algo mucho más profundo, de un desajuste emocional provocado por un montón de factores que podrás ir desgranando en la membresía.  Lo más seguro es que,  entre otras muchas "malas" conductas, deje de tirar de la correa, no porque se lo impongas, sino porque no le hará falta. 

Lo que tardará, pues dependerá de lo profunda que sea su inseguridad, de los cambios en tu actitud, de los cambios en casa, del material que utilices...

Muchas veces, un pequeño cambio por nuestra parte hace milagros y los cambios son casi inmediatos, otras veces necesita más tiempo. 

El conocimiento nunca sobra, y cuanto más entiendas a tu perro todo irá mucho mejor. Pero esa decisión depende de ti.

Revisa si la relación es excelente también desde el punta de vista de tu perro, conductas que creemos que son de felicidad, no lo son tanto.

Puedes darte de baja en cualquier momento. Tendrás el enlace accesible desde el propio mail y en tu cuenta.

Y si realmente, lo encuentras horroroso y crees que has tirado el dinero, escríbeme a gemma@animalconsentido.com y te devuelvo la última cuota. Sin problema

Pero atento, si vuelves a apuntarte más adelante volverás al primer mail. Todo sigue un orden

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